Según su significado en griego, consiste en dar masajes con las manos. Sin embargo, es mucho más que “masajear” sin más:
Consta de distintas maniobras y técnicas que se aplican sobre la piel con un medio deslizante y dependiendo del objetivo a conseguir hay diferentes modalidades:
Masaje Descontracturante: Se utiliza para prevenir o ayudar a aliviar el dolor muscular, mejorar la circulación y restablecer tejidos dañados. Se emplean métodos de palpación, valoración y tratamiento manual aplicado sobre el cuerpo y trasmitido por la presión mecánica de las manos a los diferentes órganos y tejidos del cuerpo humano, que tiene a la vez, efectos reguladores sobre el dolor. Recomendado para personas que sufren tensión muscular, por alteraciones posturales; falta de tono o por estados de tensión muscular hipertónica.
Masaje Relajante: su objetivo es proporcionar al cuerpo y la mente un estado de tranquilidad y descanso. Hoy en día muy demandado por los niveles de estrés que experimentamos con el estilo de vida actual. Favorece la circulación, equilibra el sistema nervioso y favorece la concentración. Está recomendado para personas que padecen: estrés, ansiedad, depresión,, dolor de cabeza, rigidez muscular, falta de concentración.
Reflexología Podal: Técnica manual con presiones digitales en los pies: a través de la cual podemos influir en el funcionamiento óptimo de los órganos del cuerpo y estado de salud general. Está recomendado a toda persona que quiera activar los mecanismos autoreguladores del organismo para mantener y promover el estado de salud: Se obtiene muy buenos resultados en problemas digestivos, renales, menstruales, cefaleas, estados de ansiedad.